La
duela tibia bajo mis pies descalzo y la música de fondo. Estudiantes de mirada
decidida y fuerte, buscando la perfección en cada uno de sus movimientos.
Olor
a pintura fresca, y solitarias figuras disfrazando la realidad a través de vistosos
colores, de un trazo único y un pincel entre sus dedos.
Aquella
silla de metal, mi único lugar seguro, donde los tiernos rayos matutinos de un sábado
lleno de magia. Acurrucada entre su frió material, podía ver al profesor de teatro
con su mirada analítica. Corrigiendo a los actores. Buscando las emociones
profundas y sinceras.
La
máscara perfecta.
El
delicado sonido de un violín rompía el silencio. Mientras que piano buscaba la
voz del soprano entre los temerosos cantantes principiantes que miraban con temor
la partitura.
Recuerdos
flotan...
Lágrimas
de alegría inundan mis ojos al recordar la fantasía que se observaba en los
pasillos. Llenos de sueños y esperanza.
El
cálido café calentando mis labios partidos y las risas contagiosas. La unión del
arte con mi alma.
Recuerdos
de ignorancia y verdades crueles, me acompañaran en aquel santuario donde
conocí el amor al arte y la fe del futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola :)
Me alegro que llegaras al final de la entradita ¿Te gustaría comentar algo antes de irte? :3